¡Chi va piano, va TEMO! El lema de nuestra campaña 2025 es ralentizar para disfrutar plenamente de la navegación y tomar plena conciencia de lo que ocurre bajo el agua.
A raíz de la UNOC (Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos) y del trabajo de sensibilización sobre la necesidad de preservar los océanos, hay buenas noticias: como navegantes, todos tenemos un papel que desempeñar en este ámbito. ¿Cómo? Reduciendo (aunque sea un poco) nuestra velocidad de navegación.
¿Lo sabías? La velocidad de los barcos es un factor determinante en la perturbación de las especies acuáticas, y reducirla, aunque sea solo en un nudo, permite limitar considerablemente nuestro impacto sobre la fauna.
En TEMO, nos preocupamos por comprender mejor este dato y hemos llevado a cabo una investigación. Sumérjase con nosotros en los primeros resultados de nuestro estudio sobre los ruidos antropogénicos submarinos.
¿Cómo reducir la velocidad permite limitar su impacto sobre la biodiversidad?
Por lo tanto, la velocidad es clave.
¡Y la motorización eléctrica parece ser LA solución ideal para reducir la superficie vélica!
Con más par motor y mayor eficiencia energética a bajas velocidades que un motor térmico, la propulsión eléctrica es el compañero de recreo que necesita: paradas y arranques frecuentes, salidas del puerto, traslados al fondeadero. En todos estos casos, lo que importa no es la potencia, sino la capacidad de producir casi instantáneamente la energía necesaria para propulsar la embarcación y realizar todas sus maniobras con gran facilidad.